Los derechos que nos habitan
Un 8 de marzo de 1857 un grupo de
obreras textiles tomo la decisión de salir a protestar por las míseras
condiciones en las que trabajaban. Reclamaban por igualdad salarial, la disminución
de la jornada laboral a 10 horas y un tiempo para poder amamantar a sus hijos.
Durante esa huelga murieron
calcinadas, y se atribuye ese hecho al dueño de la fábrica en respuesta a su
lucha. En 1910 durante la 2da Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras
celebrada en Copenhagüe más de 100 de mujeres aprobaron declarar el 8 de Marzo
como día internacional de la mujer trabajadora. Actualmente, se celebra como el
Día Internacional de la Mujer.
Lentamente y a medida que el
feminismo ha ido cobrando fuerza en todo el mundo, el día de la mujer ha ido
perdiendo su carácter obrero pasando a ser una jornada de lucha en la que se
reclaman todos los derechos de las mujeres en todos los ámbitos. Año tras año,
miles de mujeres salen a las calles para demandar nuevos derechos, defender los
ya conquistados y luchar contra aquellas leyes que las discriminen o que
rechacen el principio de igualdad de sexo y de oportunidades.
A lo largo de la historia, las
mujeres han demostrado capacidad de autoconvocatoria y de organización para
sostener la lucha en defensa de sus derechos trascendiendo el ámbito de lo privado, al asumir protagonismo en el espacio
público de debates y decisiones sociales y políticas. Lo demuestran organizaciones
como las de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, los movimientos piqueteros, las
mujeres en los gremios docentes, Madres del dolor, Susana Trimarco, María
Millacura (mamá de Iván Torres), Mónica Chodil (mamá de Mónica Acuña), por
nombrar algunas de ellas.
Esa organización logró la incorporación
del concepto de femicidio en el Código Penal y la aprobación de la Ley en
contra de la Violencia de Género. Aunque estas conquistas son muy importantes,
y la reglamentación de la ley está realizada, no se puede concretar por falta
de presupuesto para su aplicación. Actualmente, se destina el 0,0027% del
presupuesto nacional al Consejo Nacional de la Mujer, que es el órgano
encargado de implementar la Ley 26.485, de Protección para prevenir, sancionar
y erradicar la violencia contra las mujeres.
La visibilidad social que
asumieron las situaciones de violencia y de vulnerabilidad de las mujeres, que
se agrava por convivir en una sociedad patriarcal y de consumo, las compromete
a encarar nuevos reclamos como la legalización del Aborto. Éste no es un reclamo
caprichoso, la realidad que atraviesa nuestro país demuestra que una mujer
muere cada dos días por complicaciones en abortos clandestinos, al mismo tiempo
que sucede un aborto por minuto, y 1200 millones de pesos es lo que genera por
año el negocio del aborto clandestino, que sólo sirve para quienes pueden pagar
por ello y aún así no es garantía de seguridad. Paralelamente a este reclamo y
primordialmente se pide Educación Sexual en todos los niveles, para decidir a
conciencia y con información efectiva sobre la sexualidad. También se exige que
el Estado garantice anticonceptivos para que las mujeres no tengan que encontrarse
en situaciones de aborto.
Sumado a esto, las estadísticas
demuestran que cada 30 horas muere una mujer por violencia machista; la Casa
del Encuentro registró 1.236 muertes durante los últimos 5 años. Es imperioso
presupuestar la Ley de Emergencia por Violencia de Género que está aprobada
pero encajonada sin poder aplicarse.
Exigimos que reconozcan los
derechos de las mujeres como derechos humanos y asuman esta realidad como un
problema social que merece decisiones políticas efectivas y gestiones que
permitan su concreción. Seguiremos avanzando para que una vida libre de toda
violencia sea finalmente una realidad para las mujeres en Argentina.
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