lunes, 3 de agosto de 2015

Prevención y abordaje de suicidios: presentaron la guía de tratamiento en Comodoro


La prevención sostenida en el trabajo en red entre instituciones y la formación de profesionales es una de las líneas de acción para el abordaje de la problemática del suicidio. Desde esa perspectiva la licenciada Diana Altavilla, especialista en la temática presentó en Comodoro Rivadavia la “Guía para el tratamiento mediático responsable de la Salud Mental” elaborada por la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual. 

La misma se realizó con la participación de trabajadores/as de los medios de comunicación, profesionales, asociaciones y organismos nacionales vinculados a la prevención y tratamiento del suicidio, profesionales de la comunicación y profesionales de la educación.

La secretaria general de SIPRENCR, Mónica Baeza, indicó que en este encuentro se informó que Patagonia es la segunda región con más casos de suicidios a nivel nacional, después del Noroeste. "De ahí la importancia del desarrollo de acciones  de prevención y que incluyan especialmente a los profesionales de la comunicación, considerando que el desarrollo de coberturas informativas de casos de suicidio de adolescentes y jóvenes refuercen el carácter preventivo".

Esto implica cuidar que las mediatizaciones no se construyan a partir del uso de recursos que puedan propiciar un impacto negativo y/o desencadenar conductas imitativas en esta franja tan vulnerable de la audiencia, tal como demuestran las investigaciones realizadas sobre el tema.

A través de la organización civil Luz Vida se concretó el viernes pasado la presentación de la Guía. Dirigentes del SIPRENCR respondieron a la invitación asumiendo la importancia de la divulgación de la misma.

Altavilla participó en la comisión redactora de la Guía junto a otros profesionales destinada a promover el abordaje de problemáticas de salud mental desde una perspectiva basada en los Derechos Humanos. La misma fue publicada y distribuida por la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual.

"Una buena nota puede salvar vidas, pero una mala nota puede llevar a personas vulnerables al suicidio. Lo mismo ocurre con coberturas sobre otros temas como los de violencia de género. Uno de los aspectos relevantes es que el suicidio debe ser abordado por la sección de salud y no por policiales", indicó la profesional para graficar la importancia de las coberturas responsables.
El suicidio es un hecho traumático que requiere seguimiento psico social a largo plazo; es un hecho privado pero atañe a lo público dado que nadie quedará fuera de su afecto en función de que vulnera la trama social. El silencio es lo primero que se instala, y por oposición la circulación del rumor y el prejuicio continuarán afectando al grupo familiar y social directo.


PARA TENER EN CUENTA
UNO: Promover un enfoque de salud pública Contextualizar la problemática de suicidios bajo la categoría “salud pública” y no “policiales”. Tener presente que propiciar el enfoque policial de los casos, además de resultar inapropiado porque el suicidio no es un hecho delictivo, deviene en una estigmatización de la víctima y su entorno. Tener en cuenta que para la OMS resulta sumamente importante evitar el efecto imitativo de las conductas nocivas que se informan y trabajar para potenciar el efecto preventivo del tratamiento periodístico adecuado de los suicidios. 
DOS: Procurar un abordaje riguroso. Evitar el desarrollo y la difusión de análisis sobre los casos de suicidio que estén sustentados en conjeturas personales y en la lectura forzada de hechos y/o elementos que rodean a las/os protagonistas. Esta perspectiva sólo contribuye a simplificar la complejidad del hecho y sus causas que nunca son fácilmente identificables ni unidimensionales. 
TRES: Consultar a fuentes especializadas y brindar información relevante Privilegiar la presentación de fuentes especializadas en la temática de suicidios. Esto permitirá desarticular la repetición de mitos y explicaciones simplistas y profundizar la comprensión del problema en la audiencia. De ahí que resulta sumamente conveniente aprovechar la presencia de estas voces para contextualizar el caso particular en el universo de la problemática de suicidios y brindar información orientadora y preventiva a la población. Complementar las coberturas de los casos específicos con la difusión y visualización en pantalla de direcciones y teléfonos de instituciones y profesionales vinculados a la asistencia y tratamiento de la temática de suicidios; grupos de riesgo y señales de advertencia de conducta suicida; orientaciones para quienes se encuentran ante personas en situación de riesgo. 
CUATRO: Respetar la notificación no mediática y la privacidad del dolor Respetar la notificación del hecho a la familia de la víctima por parte de profesionales antes que privilegiar la difusión de la primicia mediática. Respetar la vida privada del fallecido/a y el duelo de la gente que compone su entorno. Considerar el impacto psicológico que puede causar en familiares y allegados del suicida enterarse del hecho a través de los medios de comunicación. La cobertura informativa del caso no debe infligir más sufrimiento a las personas afectadas. 
CINCO: Construir enfoques no espectacularizantes. Evitar los enfoques espectacularizantes. Es conveniente prescindir de la presentación de descripciones del método utilizado, sobre todo en términos de su mayor efectividad, menor agonía y/o sufrimiento, rapidez, concreción, etc, por los mecanismos de imitación e identificación que pueden activarse en los grupos vulnerables. Asimismo, es preciso evitar las representaciones detalladas de la secuencia de los hechos realizados por la víctima, la emisión permanente de fotografías y videos de su vida, el uso de recursos sonoros y la musicalización para aumentar el dramatismo que ya de por sí comporta el caso a comunicar. Es importante tener presente que estos enfoques suponen un doble impacto: un efecto negativo sobre las personas allegadas a la víctima y sobre la potencial audiencia en situación de crisis. 
SEIS: Evitar las referencias que justifiquen el acto Procurar no abordar el suicidio como una solución o salida a problemas personales. Es conveniente representar al suicida destacando sus características positivas, de modo de evitar la difusión de indirectas justificaciones del acto y la estigmatización de la víctima. 
SIETE: Garantizar la confidencialidad Ante la cobertura mediática de intentos de suicidio, guardar confidencialidad sobre la identidad e información personal de los protagonistas, ya que a la crisis que atraviesa la persona se le suma la estigmatización por haber intentado quitarse la vida. Es importante comunicar los impactos negativos que tal intento desencadenó en la salud, de modo de disuadir los posibles actos imitativos de la audiencia. 
OCHO: Incorporar el tema en la agenda informativa Aprovechar las fechas nacionales e internacionales para incluir en las agendas periodísticas información relevante, preventiva y reflexiva sobre el suicidio, por ejemplo, el 10 de septiembre, Día Nacional y Mundial para la prevención del suicidio. 
NUEVE: Elegir formas lingüísticas recomendadas Es importante: a) Procurar no caracterizar el hecho en términos de éxito o fracaso (“el suicido ha sido exitoso”, “la tentativa de suicidio ha fallado”). La obtención de la muerte no es algo pensable en términos de triunfo. b) Evitar utilizar generalizaciones, como “pandemia de suicidios”, “epidemia de suicidios”, cuando en verdad se refiere a casos que abarcan una fracción de la población. c) Es conveniente no emplear expresiones elogiosas ni peyorativas, como “el suicidio es un acto heroico”, “el suicidio es una solución cobarde”, ya que ambas abonan el refuerzo de clichés y estigmatizaciones. d) Evitar decir que la persona “ha cometido un suicidio”, debido a que la asociación de sentido con la frase “ha cometido un delito” le imprime al acto un sentido de criminalidad. 
DIEZ: Promover coberturas respetuosas de los derechos de niños, niñas y adolescentes Es importante recordar que las coberturas en materia de suicidios deben ser respetuosas de los derechos de niñas, niños y adolescentes que establece la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, especialmente: a) El derecho al interés superior. b) El derecho a la dignidad y a la integridad personal. c) El derecho a la vida privada e intimidad familiar. d) El derecho a la dignidad. e) El derecho a opinar y ser oído. Esta recomendación alude a niñas, niños y adolescentes en tanto protagonistas de casos de suicidio, como así también en calidad de audiencias de los servicios de comunicación audiovisual.

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